¿Qué comer para tener una piel bonita y reluciente?

Hola a todas. ¡Una semana más que terminó! Durante el fin de semana hay que disfrutar de la familia y de los amigos.

Además de descansar, éste suele ser un momento adecuado para seleccionar con más cuidado nuestras comidas y quizá preparar el menú de la semana. Es posible elegir platos sabrosos y que además nos aporten un extra de vitaminas y, de regalo, beneficios para tu piel.

Muchas de vosotras nos escribís diciendo que tenéis piel seca, apagada, con rojeces o descamada.
Sabemos que las causas pueden ser muy distintas. Desde el estrés, exceso de sudoración, factores hormonales, exposición al sol en exceso hasta otro factor no menos importante, la alimentación.

Recomendamos usar cosméticos naturales hidratantes adecuados, y cuando los problemas persisten, recurrir a los consejo de un dermatólogo.
En Febrero, en la segunda publicación de nuestro blog La Albufera, hicimos referencia a algunos alimentos ricos en Vitamina E. ¿Te acuerdas?

• Almendras
• Piñones
• Cacahuetes
• Albaricoques secos
• Avellanas
• Espinacas
• Aguacates
• Semillas de Girasol

La vitamina E es un antioxidante que ayuda a proteger el tejido corporal del daño causado por sustancias llamadas radicales libres. Es por lo tanto considerada como una solución de belleza, que sana y rejuvenece la piel. Además de poder encontrarlas en los alimentos referidos anteriormente, puedes también encontrarla en cualquier uno de nuestros productos, pues el Aceite de Germen de Arroz es rico en esta vitamina.

Siempre cuidamos mucho la alimentación de los más pequeños de la casa. Les “obligamos” a comer fruta y verduras diariamente. Pero, ¿y tú? ¿predicas con el ejemplo? ¿Comes verdura todos los días? ¿Comes 3 a 5 piezas de fruta al día?

Una alimentación basada verduras, frutas y hortalizas aporta gran cantidad de antioxidantes y minerales: beta-carotenos, vitamina A, vitamina C y vitamina E entre otros.

La principal función de la vitamina A es la de colaborar en la formación y el correcto mantenimiento de la piel, huesos y dientes por lo que es totalmente esencial para el organismo humano. Por ejemplo, el acné está muy relacionado con la deficiencia tanto de vitamina A como de vitamina E.

La vitamina A se encuentra en una amplia variedad de alimentos, como las frutas verdes, naranjas o amarillas, como el mango o el melón, en las hortalizas de hoja verde y en verduras tipo calabacín, zanahoria o brócoli.

Otra de las vitaminas más importantes, es la Vitamina C que además de ayudar a curar los resfriados comunes, también funciona como antioxidante, contribuyendo a prevenir el daño de los radicales libres. Esta vitamina se puede encontrar en frutas como la piña, mango, kiwi, todos los cítricos, o verduras como brócoli, tomate y pimientos.

Los betacarotenos son otros antioxidantes que participan también en la protección de la dermis frente a los rayos UVA. Están presentes en frutas y verduras, proporcionando el color naranja o rojo típico de algunas de ellas, como las naranjas, tomate o remolacha. Este pigmento se transforma en vitamina A y es un poderoso antioxidante que retrasa el envejecimiento de las células. Las fuentes de betacaroteno son alimentos como calabaza, zanahorias, batata, melón, calabacín, albaricoque, brócoli, espinaca y la mayoría de hortalizas de hoja verde. Estos vegetales no tienen grasa ni colesterol. A mayor intensidad del color de la fruta u hortaliza, mayor es el contenido de betacaroteno.

Otro punto muy importante es beber por lo menos 1,5 litros de agua al día. Ayudará a que tu piel se mantenga tersa y reluciente, puesto que las arrugas se pueden prevenir, en parte, con una correcta hidratación tanto interna como externa.

Es esencial tener un estilo de vida saludable y una buena rutina de cuidado del rostro, para poder beneficiar de lo mejor que la piel nos puede regalar. Tus productos de cuidado y la forma en la que tratas tu piel pueden tener un gran impacto en su aspecto.

En una próxima entrada del blog, te daremos a conocer un par de platos sanos, pero exquisitos, que son para chuparse los dedos.